Seta de Cardo – Pleurotus eriyngii
Pleurotus eriyngii (en castellano se denomina seta de cardo) es una especie de hongo basidiomiceto del orden Agaricales. Se distribuye por los países de la cuenca del Mediterráneo y es una de las especies de setas más conocidas en España y muy apreciada por su sabor.

Suele desarrollarse sobre raíces muertas de distintas plantas, sobre todo sobre las del cardo corredor,Eryngium campestre. Suele fructificar en el otoño, particularmente si el suelo ha recibido precipitaciones abundantes y las temperaturas son suaves. Ocasionalmente puede fructificar en primavera, siempre que haya sido lluviosa y cálida. Frecuentemente es atacada por larvas.
Aparece tanto en primavera como en otoño, y a veces avanzado el invierno.
Es un comestible apreciado. A menudo es consumida asada, guisada, o como complemento de los guisos de carne.
También en los bosques valdorbeses, especialmente en los hayedos o en las riberas, podemos encontrar una especie muy próxima a la seta de cardo, viviendo sobre tocones o troncos muertos. Se trata de la también llamada seta de chopo gris, Pleurotus ostreatus, de láminas blancas, decurrentes, con un pie muy reducido y lateral, por el que se fija a la madera de la que toma el alimento. Esta especie se puede encontrar también en el comercio, pues su cultivo está muy extendido. No obstante, la especie silvestre resulta más sabrosa, aunque no aparece de forma abundante en esta región.
CARACTERÍSTICAS
Es una seta que presenta gran variedad de tonos pardos, desde el crema hasta el marrón oscuro. Tiene sombrero más o menos convexo, inicialmente circular y en la madurez más irregular de hasta unos 8 cm. Sus láminas son blanquecinas y decurrentes sobre el pie que suele ser grueso y corto. A veces crece en grupos sobre la misma cepa. Su carne es elástica de olor agradable.
En su recolección hay que llevar navaja y cortar las setas por la base del pie, sin hurgar en el terreno, de modo que no se estropee el micelio que está creciendo en el sustrato, para que puedan salir nuevas floraciones. El hecho de que se desarrolle en pastizales, y en zonas de paso, muy a menudo cercanas a vías de comunicación, de fácil acceso, hace que sean áreas muy frecuentadas. Las primeras lluvias de otoño llenan estos parajes de «paseantes», que hacen como si no fueran a nada especial, pero no dejan de mirar al suelo. Esto sucede comúnmente en la entrada a Unzué, una campa que recibe habitualmente muchos visitantes, y en los alrededores de los demás pueblos valdorbeses, en los que a menudo se sitúan antiguas eras ya abandonadas que hoy presentan unas condiciones apropiadas para el desarrollo de esta seta, aunque no es demasiado fácil encontrarla, debido a la presión a la que está sometida. Muy a menudo ni siquiera se deja que se desarrolle completamente, y se recoge cuando el sombrero es de pequeño tamaño, con los problemas que ello ocasiona para su reproducción e incluso puede originar errores de identificación. Se ha contactado en alguna ocasión con personas que creían llevar en su cesta setas de cardo y lo que habían recogido eran otras varias especies, algunas incluso tóxicas.